Días atrás, dialogamos con Fabián Sánchez, conocido y querido por todos en la comunidad como el “Gordo” del Cambalache. Él, junto a su padre, fundó este negocio que es mucho más que una casa de reparaciones. El Cambalache no es solo un comercio; es un emblema popular e histórico de la ciudad de América.
Todo partió de un sueño, una promesa de servicio y el esfuerzo de manos trabajadoras. Fue así como, el 18 de noviembre de 1981, Raúl Óscar Sánchez encendió por primera vez la luz de El Cambalache.
Aquello que comenzó como un simple taller de reparación de electrodomésticos pronto evolucionó, convirtiéndose en un referente para la compra y venta de artículos usados. Con el tiempo, se sumó la venta de insumos y repuestos, transformando el local en un verdadero motor que impulsó la vida de nuestros vecinos.
Hoy, a 43 años de trayectoria (a poco de cumplir 44), El Cambalache es un testimonio vivo. Han navegado por tempestades y momentos de bonanza, pero ha sido la fe inquebrantable y la voluntad familiar de seguir adelante, de nunca bajar los brazos ante la adversidad, lo que no solo les permitió perdurar en el tiempo, sino también convertirse en el orgullo y el legado que hoy América y toda la zona recomiendan con confianza y responsabilidad.
En una época donde impera el «usar y tirar», El Cambalache sostiene la bandera de la durabilidad. Es el único lugar en América que mantiene viva la tradición y el arte de la reparación, ofreciendo soluciones reales a la comunidad y demostrando que la habilidad de arreglar electrodomésticos y maquinarias de jardín es un acto de amor y sostenibilidad.
Desde sus inicios en el 1981, siempre han estado en el mismo lugar: Gral. Lavalle Nº 213. Al acercarte a esa dirección, no solo vez un local; vives una parte de nuestra historia. Se siente el paso del tiempo en cada herramienta, se respira el compromiso que ha pasado de padre a hijo.
Te invitamos a no solo conocer la historia de uno de los negocios más longevos, populares y vitales de nuestra ciudad, sino a sentir el orgullo que representa. Acércate a escuchar el relato de Fabián, el hombre que, junto a su padre, no solo creó un negocio, sino una solución constante y un símbolo de perseverancia para toda la comunidad de América. ¡El Cambalache es más que un nombre, es parte de nuestra identidad!
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